Reflexión No.15

SOMOS FAMILIA MARISTA

Reflexiones para vivir con esperanza

 

  1. Este itinerario de descubrimiento tiene muchos recodos y vueltas. A veces nos toca luchar con nuestros miedos y vacilaciones, como le pasó a María en la Anunciación. No obstante, en todo momento de nuestra búsqueda, Dios permanece fiel y está siempre presente, invitándonos continuamente a ver nuestras vidas a través de sus ojos.

 

  1. Las personas recorren este camino de muchas y variadas maneras, con distintos ritmos e intensidades. Cada uno tiene un modo único de descubrir el significado de su vida y de escoger su respuesta. Sea cual sea su forma de comprometerse en este itinerario personal, y sin importar cuántos caminos secundarios elija, siempre existe la oportunidad de encontrar y conocer a Dios.

 

  1. Marcelino ve a Dios en todas las cosas y cree que todas las cosas vienen de Dios. Experimenta la presencia de Dios tanto en la tranquilidad del Hermitage* como en las calles ruidosas de París.49 Para él, cada lugar y cada circunstancia constituyen una oportunidad de encontrarse con Dios.

 

  1. Al igual que Marcelino, también nosotros podemos encontrar a Dios en todas las situaciones. Nuestra fe no reduce la experiencia de Dios a los momentos de oración o los “lugares sagrados”. Podemos experimentar el amor de Dios en todos los instantes de nuestra vida. Desde esta óptica el mundo deja de ser considerado un obstáculo y se convierte en lugar de encuentro con Dios, de misión y de santificación.50

 

Evangelio del domingo

 

Evangelio

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (10,27-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»

Palabra del Señor

Para la reflexión

 ¿Depende mi participación en la comunidad de la presencia de un determinado sacerdote o de determinadas personas? ¿Soy consciente del amor personal con que Dios me ama? ¿Me doy cuenta de que Dios ama a los otros de la comunidad con el mismo amor? ¿Me relaciono con los demás sabiendo que todos, sin excepción, formamos parte de la familia de Dios?

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