Reflexión No.13

Reflexión No.13

SOMOS FAMILIA MARISTA

Reflexiones para vivir con esperanza

CAMINAMOS EN LA FE

53. Dios entra en la vida de María, tal como ella la vive en ese momento. Él hace a María abrirse a la verdad de su ser, a su vocación y le propone algo que puede realizar. La manera en que ella acoge la Palabra de Dios revela la calidad de su persona.
54. Las experiencias cotidianas son lugares especiales de encuentro con Dios. Experimentamos la presencia de Dios en la creación y en los acontecimientos de cada día: trabajo y relaciones, silencio y ruido, alegrías y penas, logros y angustias, vida y muerte.
55. Dios se nos revela a través de aquellos con quienes nos encontramos. Los niños y jóvenes, los ancianos, los miembros de nuestras familias y comunidades, los refugiados y prisioneros, los enfermos y quienes los cuidan, nuestros compañeros de trabajo y vecinos, todos ellos son espejos en los que se refleja el Dios de la vida y del amor.
56. También experimentamos a Dios en el testimonio de aquellos que se comprometen en favor de la paz, la justicia y la solidaridad con los pobres, y los que actúan con generosidad y sacrificio personal en el servicio a los demás.

Evangelio del domingo

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor Mío y Dios Mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor
Para la reflexión

Jesús resucitado viene a nuestro encuentro, como fue al encuentro de los discípulos reunidos en oración. Tomas tuvo dudas y pidió al señor pruebas concretas de su resurrección.

¿confiamos nosotros en Jesús y creemos en su mensaje o también somos personas que dudas de su palabra?
Dios nos invita a poner nuestra vida en manos del Señor de la vida. Confiemos siempre en que Jesús camina con nosotros y está dispuesto a ayudarnos.

No se han encontrado resultados.
keyboard_arrow_up